BIENVENIDOS

Psicología y Crianza saludable es una organización formada por psicólogos y pedagogos, que se dedica fundamentalmente al trabajo con familias.
Nuestra intención a través de este blog es compartir con todos vosotros una nueva forma de crianza, una forma diferente de tratar a nuestros hijos, de relacionarnos con ellos desde el respeto a sus necesidades, físicas y emocionales. Queremos ayudar a los padres y madres que se sienten perdidos, criticados y/o presionados socialmente por llevar a sus hijos en brazos, dormir con ellos o dar el pecho más allá de los dos años.
Pero La Crianza Saludable va más allá de todo ésto; es una forma de entender al niño, de respetar sus procesos. Es tener una visión positiva de la infancia, porque somos muy conscientes de que los niños y niñas de hoy, serán los adultos del mañana...
Criemos niños felices y tendremos adultos más equilibrados.
Bienvenidos, pues a esta semilla que plantamos hoy, por una crianza mejor...


PARA SABER MÁS...

*Os muestro un artículo muy bonito sacado del libro de Laura Gutman, "Mujeres visibles, madres invisibles". Que lo disfrutéis:

Los niños creen en los padres. Cuando les decimos una y otra vez que son encantadores, que son los príncipes o princesas de la casa, que son guapos, listos, inteligentes y divertidos, se convierten en eso que nosotros decimos que son. Por el contrario, cuando les decimos que son tontos, mentirosos, malos, egoístas o distraídos, obviamente, responden a los mandatos y actúan como tales. Aquello que los padres -o quienes nos ocupamos de criar- decimos, se constituye en lo más sólido de la identidad del niño. Los niños no tienen más virtudes unos que otros. Ahora bien, el niño no suficientemente mirado, mimado, apalabrado y tomado en cuenta por sus padres, dará mayor crédito a sus discapacidades. Y sufrirá. En cambio el niño mirado y admirado por sus padres, amado a través de los actos cariñosos cotidianos, contará con una seguridad en sí mismo que le permitirá erigirse sobre sus mejores virtudes y al mismo tiempo reírse de sus dificultades. Si nos damos cuenta que nuestros hijos sufren, si tienen la auto estima baja, si tienen vergüenza, si se creen malos deportistas, malos alumnos, o que no están a la altura de las circunstancias, si les cuesta hablar, relacionarse, jugar con otros, si suponen que son lentos, o si son víctimas de las burlas de sus compañeros; nos corresponde accionar a favor de ellos, ya mismo. Lo peor que podríamos hacer es exigirles que asuman solos sus problemas. Podemos nombrar aquellas virtudes, recursos o habilidades que el niño sí dispone como individuo. Por ejemplo, que es un niño que siempre dice la verdad. Que nunca traicionaría a un amigo. Que es incapaz de lastimar a otro. Que observa y comprende a los que sufren. Que es generoso y tolerante. Decirles a los niños que son hermosos, amados, bienvenidos, adorados, nobles, bellos, que son la luz de nuestros ojos y la alegría de nuestro corazón; genera hijos seguros, felices y bien dispuestos. Es posible que las palabras bonitas no aparezcan en nuestro vocabulario, porque jamás las hemos escuchado en nuestra infancia. En ese caso, nos toca aprenderlas. Si hacemos ese trabajo ahora, nuestros hijos -al devenir padres- no tendrán que asumir esta lección. Porque surgirán de sus entrañas con total naturalidad, las palabras más bellas y las frases más gratificantes hacia sus hijos. Y esas cadenas de palabras amorosas se perpetuarán por generaciones y generaciones, sin que nuestros nietos y bisnietos reparen en ellas, porque harán parte de su genuina manera de ser. Pensemos que es una inversión a futuro con riesgo cero. De ahora en más… ¡sólo palabras de amor para nuestros hijos! Gritemos al viento que los amamos hasta el cielo. Y más alto aún. Y más y más.

Extracto de un artículo del libro “Mujeres visibles, madres invisibles” de Laura Gutman.








EL LLANTO:

El llanto es una forma de comunicación que todos los bebés tienen para expresarnos que algo no va bien.El llanto, además, está programado para ser muy "molesto e incluso insoportable" dicen algunos, para los adultos, porque sólo de esta forma se garantiza la supervivencia de la especie. Así pues, el llanto está pensado para no dejar indiferente a nadie. Sin embargo, en nuestros días existe la creencia de que es "normal" que los bebés lloren y que no hay que echar demasiada cuenta. Nada más lejos de la realidad: un bebé que llora es un bebé que está expresando un malestar, ya sea hambre, sueño, dolor, soledad, etc. Un bebé cuyas necesidades están colmadas y está cerca de sus figuras de apego, raramente llorará. Nunca deberíamos quedarnos indiferentes ante el llanto de un niño, y ningún niño debería llorar en soledad. Ante el llanto, debe existir una respuesta, ya sea activa: consuelo, abrazo, satisfacción de las necesidades o pasiva: permanecer a su lado, si no nos permite el contacto, como suele ocurrir en las rabietas.Pero nunca la indiferencia.
Las emociones están conectadas con el sistema limbico y éste no termina su desarrollo hasta los 3 años de edad, por eso, la expresión de las emociones en los niños de estas edades y menores suelen ser tan explosivas, cambiantes y "aparentemente" por cosas insignificantes para los adultos. Pero es que ellos sólo pueden expresarlo así, porque su córtex cerebral está inmaduro. No lo hacen por fastidiar ni molestar, gritan y lloran ante cualquier cosa que les produzca dolor y/o malestar, para comunicarse con nosotros y esperan una respuesta por nuestra parte, porque no olvidemos que la función del llanto es comunicar y garantizar la supervivencia. Si nuestro antepasados no hubieran respondido ante el llanto de sus bebés, probablemente nosotros no estaríamos hoy aquí.
Es absurdo decir, que los bebés necesitan llorar para conciliar el sueño, como dicen algunos. Un bebé que se duerme tras llorar es de puro agotamiento y resignación, nada más. Los bebés y los niños en general, deberían tener el derecho de irse a dormir, tranquilos, relajados y cerca de sus padres. Dejar llorar a un niño sin atenderle es un acto de insolidaridad y falta de respeto hacia el prójimo. ¿Si no lo hacemos con los adultos, porque hacerlo con nuestros hijos?
Recordemos, un bebé feliz raramente necesitará recurrir al llanto; el llanto en los niños siempre es la expresión de un malestar y nuestro deber es atenderlos.

No dejemos que nuestros niños lloren en soledad, por una crianza mejor...porque los niños de hoy, serán los adultos de mañana.


EL VINCULO MADRE-HIJ@



Para el bebé:

-La leche materna no es solo alimento, es amor, es un lenguaje entre madre e hijo, es una perfecta comunicación.

-El vínculo afectivo que se genera entre la madre y el bebé, reduce los efectos de estrés en el bebé, percibiendo su entorno como seguro.

-Favorece el sano desarrollo de la personalidad del niño, porque obtiene lo que necesita para su evolución: contacto continuo con la madre, olores conocidos, calor, afecto, protección...

- El olor de la madre y la cercanía de ambos, aportan seguridad y reduce la sensación de miedo.

- No sólo con la lactancia, sino también, al ir pegados al cuerpo de la madre, se establecen apegos adecuados, favoreciendo la autoestima y seguridad personal al ir creciendo.

-Al dar lactancia a demanda, los bebes crecen sabiendo que sus necesidades son satisfechas, por lo que desarrollan la capacidad de empatía y respeto hacia los demás con diferencia a los bebés que no han sido alimentados a demanda.


Y para la madre:

- Reduce la probabilidad de cáncer de mama.

- Mejor recuperación post-parto, con lo que el estado de ánimo mejora y previene estados depresivos.

- Al no tener que estar sujetas a horarios fijos ni a preparación de biberones y/o comidas, las madres se sienten más libres y presentan menos angustia.

- Aprende a comunicarse mejor con su bebé, lo conoce y se complementan más.

- Suelen ser niños más tranquilos, menos llorones ( claro, porque tienen TODAS sus necesidades satisfechas) por lo que la relación entre madre e hijo suele ser fácil.



Y además: ¡¡¡ES PRECIOSO, UN REGALO PARA TODA LA VIDA!!!!